¡VAMOS A LA CAMA, QUE HAY QUE DESCANSAR!..
Kepa Lizarraga
Esa tonadilla televisiva que conocemos bien quienes rondamos, al menos, la cuarentena, nos recordaba desde niños la necesidad de un buen descanso para poder "funcionar" al día siguiente y, si en alguna actividad se pone de manifiesto lo dicho es en el deporte.
El montañismo no escapa de esa realidad, y menos cuando se trata de ascender grandes cimas, como los ochomiles.
¿Cómo es el descanso de un montañero en el Campo Base?
Normalmente se aprecian dos fases: durante los primeros días de estancia en altura (5.300 m en nuestro caso), el sueño es muy irregular, poco profundo y con frecuencia acaba en un despertar con dolores de cabeza.
Posteriormente, entre la adaptación a la altura y el cansancio, uno duerme,….casi como en casa.
Uno de los problemas fundamentales es protegerse del frío durante la noche. Para ello disponemos de la tienda de campaña, de las esterillas, que nos aislan del hielo del suelo y de las piedras que intentan clavarse en distintas zonas de nuestra anatomía, y, sobre todo, del saco de dormir.
Para analizar la contribución de esas piezas a nuestra "comodidad" en medio de un glaciar como el del Khumbu, esta noche hemos distribuido cuatro sondas de un termómetro, especialmente diseñado para nosotros por la empresa Utiles y Máquinas Industriales, en los siguientes puntos: 1º fuera de la tienda; 2º entre las dos paredes de la tienda; 3º en el interior de ésta, y 4º dentro del saco de dormir utilizado por el autor.
Un rato después de acostarse, para dar tiempo a que las temperaturas se estabilicen, en el exterior había -8,4ºC; entre las dos paredes de la tienda -7,2ºC, en su interior teníamos unos "agradables" -3,6ºC y, afortunadamente, dentro del saco reinaban unos "tropicales" y positivos 29,6ºC.
Sin embargo, el ritmo metabólico del ser humano cambia profundamente a lo largo de la noche, y tambien lo hace la temperatura ambiente, por lo que a las 6 h 15 minutos de la mañana, las cosas habían cambiado a -11,2ºC en la calle, -9,8ºC entre las poco aislantes paredes de la tienda, -8ºC en su interior (buena temperatura para vestirse por la mañana, je, je) y tan solo 25º en el saco de dormir.
La explicación de tal fenómeno se debe a dos cosas: a lo largo de la noche la temperatura desciende, sobre todo cuando el cielo está despejado, y nuestro cuerpo reduce su producción de calor, por lo que a las mañanas notamos ese fresco que nos hace, cuando estamos en casa, estirar de las mantas hacia arriba y aquí, en la base del Everest, cerrar bien el saco o levantarse a disfrutar de los colores del
|