COMUNICACIONES INTERNAS
Las comunicaciones internas en un grupo expedicionario es uno de los capítulos más importantes en el planteamiento de una expedición, dada su incidencia en aspectos como la toma de decisiones, la seguridad, la asistencia sanitaria e incluso el apoyo sicológico en momentos extremos.
En nuestro caso, el planteamiento teórico de este apartado y su desarrollo práctico, ya en Nepal, han corrido a cargo de dos miembros de la expedición con título de radioaficionado: EB-2-DJY y EA-2-OU, contando siempre con el apoyo técnico de la empresa Astec, incluso en el Campo Base, vía Internet.
Se analizaron mediante la colaboración de la cartografía y desde una perspectiva topográfica los puntos a enlazar vía radio en la expedición.
Del levantamiento de los perfiles del terreno que separaba el Campo Base (CB), situado a 5.300 metros, de los diferentes Campos de altura, ubicados respectivamente a 5.900 m, 6.400 m, 7.300 m y 8.000 m de altitud, y de la cima, a 8.848 m, se deducía ya las posibilidades de un enlace seguro entre CB y los CI, CIV y cima, quedando como zonas más conflictivas las del CII, CIII y sus proximidades, tal como se intuye de la visión de los correspondientes gráficos:
Para comprender mejor la situación del CB y las exigencias que impone respecto al tamaño, peso, fiabilidad y dureza de cualquier material a emplear en él, conviene citar que, además de los problemas que ya implica su elevadísima altitud (500 m. mas alto que el Montblanc), todo lo que a él llega debe ser transportado a hombros de personas o a lomos de yaks desde el pequeño y espectacular aeródromo de Lukla, durante unos 7 días de marcha, no existiendo carreteras ni pistas que permitan el tránsito de vehículos, ni vehículos que pudieran transitar por ellas en caso de existir.
Por otro lado, esa parte alta del valle de Khumbu está ocupada por el glaciar del mismo nombre, de kilómetros de longitud y sobre cuya superficie se instalan las tiendas del CB, sujetas al movimiento constante de esa corriente de hielo y a la climatología extrema que reina, con avalanchas diarias en el post-monzón, fuertes vientos y bajas temperaturas.
En el momento de diseñar la composición de la red de comunicaciones nos planteamos la existencia de un equipo central, preferiblemente con las características de un móvil, por tamaño, alimentación y dureza (Yaesu FT-2500), y 5 walki talkis (WT) (Yaesu FT-10RH) cuya distribución inicial, sujeta a posibles adaptaciones en función de las necesidades, sería: 1 para cada una de las tres cordadas previstas de escaladores, 1 para los sherpas y 1 para sanidad. En el caso de estos últimos equipos se valoró especialmente su tamaño, peso y resistencia a inclemencias, así como la versatilidad a la hora de ser alimentados: batería propia, portapilas o directamente de 12 vcc.
En cuanto a los sistemas radiantes, a pesar de que los Campos de altura y la cima a enlazar pudieran haber sido cubiertos por el lóbulo de radiación de una antena direccional ubicada fija, la existencia en otras direcciones de una instalación de investigación que pudiera servir de apoyo (la Pirámide) y de otras expediciones, así como la facilidad de transporte y de montaje y la intensidad de viento a soportar, nos hicieron decidirnos por una antena vertical omnidireccional para base (Anli A-300), llevando además, para solventar posibles emergencias, dos antenas mas de 5/8 (Anli AW-6) para montar sobre base magnética y que pudieran utilizarse en CII o CIII, conectadas a los WT, si hubiera problemas de enlace.
La posibilidad de sustituir las antenas de serie de los WT por otras de mejor rendimiento durante el uso normal fue desechada por motivos de tamaño, incomodidad y mayor riesgo de ruptura.
En cuanto a la energía para este sistema, el equipo central fue alimentado desde una batería de gel de plomo, adecuada para soportar las bajas temperaturas, cargada mediante 2 paneles solares de 10 y 55 watios de la firma Atersa. La recarga de las baterías de los WT se realizó mediante el cargador rápido NC-50, que por funcionar a 220 v. ca. precisaba del oportuno conversor, también de Atersa.
Durante las ascensiones hacía cima, cada cordada o grupo era dotado de un WT con dos baterías para uso hasta 7.300 m. y un portapilas cargado con elementos de litio para soportar las bajas temperaturas a partir de esa cota. El WT, para evitar la caída de tensión de las baterías convencionales, era transportado en bolsillos interiores de la ropa de abrigo, perdiendo con ello algo de recepción. Durante la noche, y con la misma finalidad, los equipos eran guardados en los sacos de dormir (afortunadamente, los bordes y esquinas del FT-10RH son redondeados).
Tan solo en 6 ocasiones, durante los 40 días de estancia en el Campo Base o poblaciones de altitud (entre 2.800 m y 5.300 m) fue preciso el apoyo de un pequeño generador Honda, para soportar el prolongado funcionamiento de los ordenadores, cámaras digitales y otro material destinado a investigación o el producido por el intenso uso de las comunicaciones en emergencias de otras expediciones (3 víctimas mortales en uno de los casos), a las que prestamos ayuda material y humana.
El sistema descrito nos permitió enlazar con buenas señales y total comprensibilidad nuestro CB con todos los campos de altura alcanzados, con el resto de Campos Base instalados en el glaciar de Khumbu, con la "Pirámide", centro de investigación italiano ubicado a 1 día de marcha, e incluso con localidades y cimas situadas a varios días de recorrido, convirtiéndonos en la frecuencia de referencia para las comunicaciones habituales e incluso de rescate que tuvieron lugar en ese área.
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