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Como es lógico, una expedición como la que nos ocupa conlleva unos riesgos a los que habrá que enfrentarse. Con el fin de reducir al mínimo los riesgos ha primado, dentro del objetivo deportivo de la expedición, el planteamiento de la seguridad de sus componentes como otro objetivo más dentro de la misma.
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En la Cascada de Hielo, por ejemplo, como medida de seguridad se contratará un equipo de sherpas, que se encargarán del mantenimiento de un sistema de cuerdas fijas y pasos con escaleras, que será revisado diariamente para mayor seguridad, minimizando así los riesgos de este complejo paso.
El ataque a la cima será realizado con la ayuda de botellas de oxigeno, medida decidida porque aumenta la seguridad de los alpinistas y reduce el riesgo de edemas y otros problemas relacionados con la altura.
La cima se intentará siempre evitando riesgos innecesarios, dependiendo del estado físico de los expedicionarios, riesgo de avalanchas, las posibles alteraciones meteorológicas; y ante todo primará la seguridad del grupo.
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Dependiendo, en un ambiente tan extremo, del capricho de la naturaleza, la mayor seguridad es la que aporta la capacidad física, mental, y técnica de todo los componentes de la expedición. Para ello se está siguiendo un programa de preparación física bajo el control del médico de la expedición. Esto nos hará llegar en unas condiciones físicas óptimas que nos permitirán afrontar los riesgos con el máximo porcentaje de seguridad y garantías de éxito.
 Expedición Bizkaia Medio Ambiente Everest 97
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